Consecuencias

La última semana la gente me harto con todos sus comentarios sobre mis kilos bajados. No importaba donde fuera todos me lo preguntaban o hacían referencia. "Estas muy flaca, estas extremadamente flaca -que mentira-cuánto bajaste? te pesaste?, bla bla bla bla bla". Sinceramente no me gusta que la gente me de tantos cumplidos, mas si se que aún falta mucho para esa meta interna que no para de correrse, siempre inalcanzable. Pero creo que me disgusta aún mas porque sé que estoy haciendo cosas que "no debería", que esto no es normal, que no está bien. Entonces no puedo festejar esto. Me niego. Lo festejo con Ana, las dos juntas, solas. 

Un poco cansada de todos los cumplidos -un poco exagerados- el fin de semana simplemente comí mal. No todas las comidas, no todo el tiempo. Simplemente me di esos "gustos" del fin de semana. No me puse mal -en el momento- aparte estaba con mi novio y no puedo ponerme a llorar desesperadamente porque comí algo. Tengo que fingir que hago una dieta normal como cualquier persona, y que los fines de semana me doy un gusto porque es lo normal. Sin embargo bien sabía que eso me iba a salir caro. Sumado a mi periodo sabía que la balanza iba a marcar algo horrendo. Escape de ella para no frustrarme e hice ayuno liquido el lunes y el martes. Hoy me pesé y si bien baje algo no estoy ni cerca de donde debería estar. Sigo repitiéndome a mi misma que el periodo suma por lo menos un kilo, pero me cuesta tomar eso en cuenta, los números son todo para mí. La semana que viene se supone que tengo que cumplir una tercera meta y voy a hacer todo lo posible para llegar. Hoy no tenía intenciones de romper el ayuno pero tengo un día demasiado largo y no quería estar débil. Así que comí mi ensalada diaria, una gelatina light y una fruta. Por estas semanas trataré de reducir las harinas e hidratos al mango. Tengo que ponerme al día con el peso. 
Igualmente dudo mucho que esto pase. Mañana veo a mi novio y ceno con él. Siempre cenamos muy sano, algo de carne o pollo con ensalada, pero no dejan de ser calorías. Lo peor de todo es que el viernes es nuestro aniversario y ya me dijo que me iba a llevar a comer a uno de mis restaurantes preferidos. Es obvio que voy a comer y a pasarla bien. Estoy tan comprometida con Ana que se exactamente cuales son las consecuencias de mis actos. Y -luego de tantos años- aprendí como no hacer sufrir a los que tengo al lado con mis problemas y luego castigarme a mis misma en mi soledad y llenándome, de aire y mentiras, la panza. Así soy más feliz, cuando hay que comer, como, no me escapo, no invento, no lastimo, luego vienen los ayunos religiosos y el dolor en silencio.