weekend

Por dónde empiezo?
El viernes la cena con mis amigas fue bien. Comí sano, creo igual que lo que comí tenía demasiadas calorías porque estaba muy rico, es para sospechar pero como fue lo único que comí en el día tampoco voy a enloquecer. Igualmente no pase de las 400 cal seguro.
El sábado el día venía muy movido. Toda la mañana haciendo cosas con mi familia. Cuando llego a la casa de mis padres veo que mi abuela estaba cocinando para el almuerzo y entró el pánico. Enseguida le dije a mi mamá que yo no comía ahí que esperaba a mi novio para comer en casa. El problema fue que el llego antes y al final comimos en lo de mis padres. Por suerte anuncié que estaba a dieta y comí ensalada.
Obviamente todos me criticaron porque solo comí tomate pero me defendí haciéndoles ver a todos que nadie era un santo a la hora de la comida -ya fuera porque no se cuidaban, o porque cuando estaban a dieta comían menos como yo-
En fin, el día terminó bien. Estuvo repleto de actividades lo que me sirvió para no pensar y pasarla bien a pesar de Ana. A la noche mi novio me pidió que por favor cenara y le hice caso, cene poco, casi 200 calorías y me fui feliz a la cama porque él también estaba contento.
El domingo era el día del padre y teníamos visita en casa. Mi papá había hecho carne en la parrilla y me hico para mi verduras y unas rodajas de la carne con menos grasa que existe así que estaba contenta de que todos cooperaran.
Tendría que felicitarme por mi voluntad el domingo. Pero la verdad es que cuando esto se me pone en la cabeza no me para nadie. Había pan -que me encanta- muchas salsas, mucha carne, mucho de todo. Me contente con mis ensalada -sin condimentos siquiera- y mis rodajitas de carne que mi papá me sirvió -solo dos- y me dijo, bien como nena chiquita. "Quiero que te lo comas todo". Como realmente todo eso no ponía en riesgo mi dieta y mis calorías diarias, lo comí, despacio, pero todo. Mi papá estaba contento y entonces yo más.
A la hora del postre habían comprado unos dulces increíbles, con todo lo que se puedan imaginar, acá le decimos masitas. Son chiquitas y tienen de todo. Era imposible casi estar en frente sin comerlas. Pero yo las miré y mantuve una charla fluida con todos para evitar pensar.
Por la tarde nos prepararon una merienda gigante y tampoco probé nada. El domingo terminó con un almuerzo liviano y nada más.

Ojala pudiera terminar esta entrada acá -Larga por cierto-. La verdad es que no aguante más y me pase. Y empezó la locura del pesaje. No paraba de ir, de calcular, de hacer cuentas. Pero me dije, no importa, queda un camino largo pero seguro que mucho menos que cuando empecé. Quiero aguantar toda otra semana sin pesarme. No quiero vivir esclava de eso, aunque es difícil.
Hoy me desperté muy temprano con unos dolores horribles en la panza. No podía dormir. Era el dolor del hambre. Pero enseguida se convirtió en unas nauseas que me daban ganas de vomitar. Sabía que necesitaba algo en el estómago si quería sobrevivir a la mañana sin vomitar -agua-. Fui a la cocina y comí un pedacito de queso que me asentó el estómago de una forma inexplicable. Enseguida pude volver a dormirme. Después me desperté cansada y sin fuerzas. Me pesa todo hoy. Hasta me cansé de peinarme. Pero saben qué? No me importa, voy a seguir aguantando así. Sin ayunar pero comiendo lo mínimo que pueda. Aunque el dolor de espalda me mate y me sienta ida a veces. Es lo que quiero.

Perdón por la larga entrada.
Prometo ser más breve en las que siguen.

Besos!